Rosario Central derrotó con claridad a Independiente por 3 a 0, con goles del interminable Marco Ruben, Julián Velázquez y Walter Montoya.
El partido empezó como empieza todo para Independiente: mal. El entrenador Eduardo Domínguez que no da pie con bola, decidió entrar sin lateral derecho, y al minuto de juego, el local escapó por ese lado, mandó un centro y Ruben clavó el primero al minuto de juego. Así son los maestros como Ruben, enseñan el error de inmediato.
Independiente tuvo la pelota todo el primer tiempo, con cierta holgura, el Canalla lo dejó, porque no lastimaba. El único jugador útil de los últimos partidos del Rojo, estaba en el banco: Domingo Blanco. El resto paseaba su mediocridad por el césped del Gigante de Arroyito.
El segundo tiempo siguió hundido en la intrascendencia, hasta que la figura del partido, Marcelo Benítez escapó por derecha, envió el centro y Julián Velázquez, figura de aquel Independiente campeón de la Sudamericana con el Turco Mohamed, clavó el 2 a 0.
No alcanzó para que se despierte este triste Independiente. Un minuto después volvió a escaparse Benítez, esta vez por izquierda, mando otro centro y Montoya la clavó contra un palo, para el definitivo 3 a 0.
Independiente, sus jugadores, su cuerpo ténico y especialmente sus dirigentes, tienen una gran ventaja: el papelón de hoy y los próximos tres partidos se juegan de visitante, lejos de su público, pero la situación es intolerable.