El extenista alemán Boris Becker ha sido condenado este viernes a dos años y medio de prisión por la justicia británica tras haber sido declarado culpable de ocultar 2,5 millones de libras esterlinas (3 millones de euros al tipo de cambio actual/3,16 millones de dólares) para evitar el pago de sus deudas.
En la última estancia del juicio, celebrado esta mañana en Londres, la fiscalía acusó de 20 delitos a Becker, incluido el ocultar sus trofeos de Gran Slam para evitar que se los arrebatasen. Finalmente, solo ha sido declarado culpable de cuatro, entre los que se incluyen sustracción de bienes, no revelación de patrimonio y ocultación de una deuda. Además, dos de ellos están relacionados con dos de sus exmujeres, Barbara y Lilly, a las que les transfirió dinero con el fin de ocultarlo. Su abogado pidió clemencia al tribunal por las consecuencias que este juicio tendría sobre su legado deportivo, peticiones que finalmente cayeron en saco roto.
Durante el juicio, la fiscalía afirmó que Becker cobró 1,13 millones de euros (1,22 millones de dólares) de la venta de un concesionario de automóviles Mercedes que poseía en Alemania, que ingresó en una cuenta bancaria profesional que utilizaba como su «hucha» personal con la que pagar compras de lujo y gastos de escolarización de sus hijos.
El proceso judicial finalizado hoy se remonta a 2017, cuando sus administradores lo declararon en banca rota. El tenista había solicitado un crédito para comprar una mansión en Mallorca, la cual nunca llegó a pagar. Desde ese momento se inició una persecución para que Becker costease sus deudas. Incluso llevó al tenista a decir que tenía inmunidad diplomática al tener el cargo de embajador en Europa de la República Centroafricana para deportes, cultura y asuntos humanitarios.
El alemán saltó a la fama tras convertirse en el jugador más joven de la historia al ganar Wimbledom con 17 años y 227 días en 1985. El inicio de una larga y exitosa carrera que le llevaría a conquistar en dos ocasiones más el verde londinense (1986, 1989), además del US Open (1986) y en dos ocasiones el Open de Australia (1991, 1996). En 1999, tras un importante deterioro físico y tras varias polémicas extradeportivas, se retiró de las pistas.