Una vez que el árbitro Pablo Echavarría dio el pitazo final, los hinchas saltaron al campo de juego e invadieron el terreno buscando alguna prenda de los futbolistas del Xeneize, como así también una selfie con Darío Benedetto, Carlos Izquierdoz y cualquiera de los futbolistas que se cruzaran.
La seguridad del estadio demoró en accionar y proteger a los jugadores, que terminaron escoltándolos hasta el vestuario. Por lo tanto, más de un futbolista boquense tuvo que entregar su indumentaria. Incluso, entre los propios hinchas se pelearon por quiénes se quedaban con los recuerdos.