(Por Fernando Serrano, periodista de sgosports.com.ar). Cómo cuesta hacer una entrevista de esta naturaleza. Es que cuando manda el corazón, no hay lugar para la razón. Son de esas notas que me marcan, máxime cuando se trata de un amigo que el fútbol me dio. Tuve la suerte de conocerlo cuando pisábamos los 15 años. Fue en el Central Córdoba de aquellas épocas que albergó grandes ilusiones y sueños por cumplir. Hicimos inferiores y un día al fin llegó el día de debutar en la Primera del “ferroviario”. Fueron en distintos momentos, pero la emoción fue la misma. Junto a otros chicos, cumplimos nuestro primer sueño. Llegar a la Primera…y del club más importante de la provincia.
Luego el camino nos fue dividiendo, pero la amistad nunca pudo dividirnos. El fue arquero, yo delantero. Puestos opuestos. Gastón Molina fue de esos goleros altos, piernas flacas, seguro debajo de los tres palos, cortaba bien los centros y mandaba en el área chica como pocos.
Esos atributos lo catapultaron como una de las grandes apariciones en el fútbol santiagueño del principio de los ´90, donde abundaban los jugadores de calidad, pero los arqueros tenían que tener algo más para ser los más distinguidos y Gastón lo tenía todo.
Después Molina pasó a Güemes y también tuvo actuaciones recordadas. Pero la vida muchas veces golpea y uno tiene que hacerse más fuerte para continuar. Gastón sufrió hace 15 años un accidente de tránsito, ocasionándole una lesión medular que le imposibilitó caminar. Ahí nació otro Gastón Molina, el de las mil batallas ganadas, el de vivir el día a día con luchas permanentes y nuevos amaneceres para renovarse nuevamente.
La visita en su casa nos devolvió a aquellas épocas y charlamos de todo.
SGO: ¿Cómo fueron tus inicios en el futbol?
GM: A los 12 años me vio Lito Cordero en un torneo de baby fútbol en el club Autonomía y fue quien me llevó a mi y a otros chicos al club Central Córdoba a probarnos. Toda mi familia es hincha de Central Córdoba y era una emoción ir a jugar en ese club. Desde muy chico iba a ver los partidos del “ferro”. Siempre tuve la ilusión de algún día jugar en Central Córdoba.
SGO: ¿Siempre fuiste arquero?
GM: Siempre. Nací arquero parece. Fue en el único puesto en una cancha de fútbol dónde jugué. Mis tios y familia juegan al fútbol y ninguno es arquero.
SGO: ¿Quiénes estaban en ese momento en ese equipo de chicos?
GM: Estaban chicos de cerca del barrio como Jorge Hazam, Toro escobar, el Ñato Luis Cáceres, Martín Ayunta, que ya no está con nosotros, Luis Herrera, Raúl Lobo, que también falleció, Aldo Soria, vos jugabas adelante, y varios otros que hoy no los recuerdo bien.
SGO: ¿Qué DT te lleva a debutar en Primera y contra quién jugaste?
GM: En ese momento tenía edad para Quinta y había una camada de jugadores muy buenos. En las inferiores estaban de DT Gacha Bucci y en Primera estaba don Julio San Lorenzo y fue quién nos promocionó a la máxima división. Central Córdoba estaba en el viejo Nacional B y el DT era Segundo Corvalán; tenía como costumbre hacer la práctica de fútbol con los chicos de las inferiores y fue allí que nos vieron a varios y de a poco nos llevaron a Primera. Debuto en la liga local ante Comercio con edad de Quinta. Ese día llegaron varios. Mas tarde Corvalán también me lleva a entrenar con los profesionales como Mario Britos, Luis Valoy, Alurralde, Omar Díaz entre otros grandes jugadores.
SGO: ¿Cuántos años jugaste en Central Córdoba?
GM: Tres años. Al perder la categoría en el Nacional B y ante la crisis institucional nos tuvimos que ir varios chicos del club a buscar otros horizontes
SGO: Allí te fuiste a Güemes.
GM: Si, recalé en Güemes donde viví buenos momentos también. Ahi jugaban Lito Coronel, Charata Gómez, Chifle Beltrán, Changui Fernández, Mariano Pedano, Fabián Medina, Chata Jugo, Shuma Orellana, Daniel Alustiza, Pica Amaya, Julio Coronel, entre otros.
SGO: Y luego por cuestiones laborales dejaste de jugar.
GM: Si, lamentablemente tuve que dejar de jugar a los 26 años. Trabajaba en un comercio de la ciudad y debía elegir entre jugar o trabajar, entonces al tener una familia detrás tuve que elegir trabajar. Me costó dejar el fútbol al nivel federado, porque jugábamos sólo por la camiseta, económicamente no es como ahora.
SGO: ¿Cuál fue el partido que más lo recordás?
GM: Fueron dos. Jugando para Central Córdoba enfrentando a Güemes en cancha de ellos. Nosotros jugamos un mal partido y ellos al contrario lo hicieron de buena forma y con mis atajadas no perdimos. Hice una corta carrera pero buena. Estoy satisfecho con lo que hice en el fútbol santiagueño. Y otra jugando para Güemes ante Mitre. Los clásicos por suerte me fueron bien.
SGO: Luego la vida te cambia de rumbo totalmente.
GM: Tuve un accidente donde sufrí una lesión medular y me cambió por completo la vida donde no me quedó otra que seguir para delante.
SGO: ¿Hace cuánto tiempo que estás así?
GM: 15 años.
SGO: ¿Cómo lo llevas?
GM: Tirando para no aflojar. Uno siempre bajones pero la vida me enseñó que no debo aflojar porque detrás tuyo están tus padres, hijos y familia. No podés estar mal porque ellos absorben eso también, si te ven mal, ellos también se ponen mal.
SGO: ¿Te costó aceptar?
GM: Si. Me costó un tiempo aceptar. La psicología me ayudó mucho. Muchos dicen que psicología no ayuda, pero para mi fue muy importante, porque lo emocional es fundamental para la vida del ser humano, también te hace ver la vida desde otra perspectiva.
SGO: ¿Cómo ve la vida Gastón Molina?
GM: Para mi es una película. Hice mi camino y tuve una buena infancia y juventud, jugué al fútbol y lo disfruté, pero de la noche a la mañana todo cambió. No me quedo con el pasado porque nada puedo hacer. Lo único que me queda es seguir adelante. No me quiero quedar con eso y no renegar con lo que pasó sino de seguir adelante. Eso lo asumí con los años.
SGO: ¿Te sentiste sólo en algún momento?
GM: Por suerte no. Los amigos del fútbol, del barrio y de la vida siempre con algún mensaje o cuando los veo me hacen sentir bien. Allí te das cuenta que en las malas quiénes están y quiénes no.
SGO: ¿Te enojaste con Dios?
GM: En el momento del accidente si. Después Dios te hace ver que las cosas de otra manera. Luego me di cuenta que fue un antes y un después. Es como que te das cuenta que volviste a nacer. Uno no sabe hasta cuándo estará en esta vida. Vivo el día a día.
SGO: ¿Qué te hace bien en el día a día?
GM: Ver a mis padres y a mis hijos, Lucas y Rocío. Uno lucha por ellos. También por mis tíos. Soy muy familiero.
SGO: ¿Vés fútbol?
GM: Si. Antes me iba a la cancha a ver a Central Córdoba, a Güemes, pero cuando volvía lo hacía muy contracturado porque sentía las ganas de estar ahi dentro del campo de juego. Lo vivo de una manera efusiva. Decidí no volver a ir porque era todo un tema el día después.
SGO: ¿Te gusta cómo está jugando Central Córdoba ahora?
GM: Es un proceso que está en su cambio y se lo ve. Pero estimo que el proceso anterior tampoco estuvo tan malo.
SGO: ¿Hay algún arquero que se asimila a lo que vos eras?
GM: No podría compararme con algún arquero de ahora, hay muy buenos arqueros. Yo tenía mi estilo pero lo hice a base de mucho trabajo y sacrificio.
SGO: En tu época de jugador, ¿qué arquero te dio los mejores consejos o quién lo veías para seguir aprendiendo?
GM: Uuuhhh, había grandes arqueros como el Coñalo López, después Miguel Yelpo y uno aprendió mucho de ellos. Pero del que más recuerdo es de Héctor Cassé. Tenía una ubicación y una forma de atajar increíble. Aprendí de él mucho.
SGO: ¿Cuál fue el partido donde era mejor olvidarlo que recordarlo?
GM: Jugando para Güemes, en un clásico con Central Córdoba. Cancha de Güemes. Viene una pelota que me la entrega un defensor para atrás y cuando estoy por pegarle, justo da un mal pique que me imposibilita darle bién al balón, en ese momento “Miky” Galván me acosa con su gran velocidad y saca provecho de eso y convierte el gol. Me quería morir. Son cosas que pasan. Por suerte ese partido lo empatamos.
SGO: ¿Cuál es el sentido de la vida para Gastón Molina?
GM: Despertarse, abrir los ojos, agradecerle a Dios que sigo vivo, respirar, después estar bien con tu entorno. Dar gracias a Dios al despertarme día a día eso es fundamental para mi.