El subcampeón mundial, Croacia, avanzó este lunes a los cuartos de final de Qatar 2022, al vencer a Japón 3-1 en una definición por penales que tuvo como gran figura a su arquero Dominik Livakovic, quien atajó tres ejecuciones..
El futbolista del Dinamo Zagreb, de 27 años, contuvo los envíos envíos Takuma Minamino, Kaouru Mitoma y Maya Yoshida, lo que le permitió a su compañero Mario Pasalic sentenciar la historia en el estadio en el estadio Al Janoub de la localidad de Al Wakra, donde al cabo de 120 minutos terminaron empatados 1-1.
El seleccionado asiático, una de la revelaciones de la Copa del Mundo en Medio Oriente, estuvo en ventaja desde los 43 minutos del primer tiempo con un tanto de Daizen Maeda y los europeos llegaron al empate cuando se jugaban 10 del segundo a través de Iván Perisic.
Croacia espera en la siguiente instancia por Brasil o Corea del Sur, que se enfrentarán hoy a las 16 en el Estadio 974 de Doha. Ese partido se jugará el viernes próximo a las 12:00 en el estadio Education City y decidirá el semifinalista que se enfrentará con Argentina o Países Bajos.
Después de ganar el Grupo E, integrado por dos campeones como España y Alemania, los Samuráis no pudieron continuar viaje en Qatar, pero se marcharon reconocidos por su entusiasta hinchada, de incesante aliento.
Japón avisó desde el inicio que los centros desde las bandas podían generar un problema para Croacia. Para eso, su DT Hajime Moriyasu, el “Estratega de Hiroshima”, colocó a Junya Ito por la derecha y a Yugo Nagamoto por la izquierda.
Los dos laterales del equipo nipón cumplieron una tarea completa porque a su capacidad de ataque la combinaron con un trabajo sin errores en el retroceso, aspecto clave para colaborar en la marca.
Por su lado, los tres centrales del seleccionado asiático fijaron a los delanteros rivales y Luka Modric, el núcleo del juego croata, se quedó con pocos receptores.
Después de ganar el Grupo E, integrado por dos campeones como España y Alemania, los Samuráis no pudieron continuar viaje en Qatar, pero se marcharon reconocidos por su entusiasta hinchada, de incesante aliento.
Japón avisó desde el inicio que los centros desde las bandas podían generar un problema para Croacia. Para eso, su DT Hajime Moriyasu, el “Estratega de Hiroshima”, colocó a Junya Ito por la derecha y a Yugo Nagamoto por la izquierda.
Los dos laterales del equipo nipón cumplieron una tarea completa porque a su capacidad de ataque la combinaron con un trabajo sin errores en el retroceso, aspecto clave para colaborar en la marca.
Por su lado, los tres centrales del seleccionado asiático fijaron a los delanteros rivales y Luka Modric, el núcleo del juego croata, se quedó con pocos receptores.
Con sus ideas claras, Japón llegó al gol sobre el final del primer tiempo, en una jugada preparada de pelota detenida. Otro centro volvió a caer con violencia en el área, nadie pudo recharzarlo y Maeda quedó con el arco a disposición para facturar.
El segundo tiempo insinuaba profundizar el predominio japonés cuando Perisic recibió un centro bien pisado en el área y conectó con cabezazo dirigido al palo izquierdo de Gonda.
El 1-1 fortaleció el ánimo de Croacia, que pudo pasar al frente con un disparo de Modric o un cabezazo imperfecto de Budimir. Sin desordenarse, Japón cambió pieza por pieza a la espera de una oportunidad, bajo la convicción de que un partido largo podía favorecerlo por su mayor resistencia física.
En ese pulseada de buscar sin descuidarse se fue consumió el juego hasta demandar el primer tiempo extra de esta Copa del Mundo. De alguna manera, los técnicos lo convalidaron, al guardarse cambios.
Modric, de 37 años, fue uno de los reemplazados en la prórroga, lo que significó una importante baja para el subcampeón del mundo. También dejaron la cancha Perisic y Mateo Kovacic.
Con las modificaciones, el encuentro se desnaturalizó, perdió ritmo y la sensación de los penales se consolidaba en cada minuto. El estadio sólo reaccionó con una vertiginosa corrida de Mitoma acaba con un remate al cuerpo de Livakovic.
Esa intervención fue apenas un anticipo de la seguridad del arquero, que cerró una noche perfecta con tres tapadas en la definición por penales para colocar a los balcánicos nuevamente entre los ocho mejores equipos del planeta.