El sábado se cerró con una dura noticia. Es que se conoció el fallecimiento de Dwayne Chila McCray, aquel extranjero único que brilló en la Liga Nacional a finales del siglo XX e inicios del Siglo XXI. Habría sido encontrado muerto en su departamento en Utah a los 56 años.
Las estadísticas dirán que jugó 272 partidos en la Liga con Estudiantes de Olavarría, Ben Hur y Boca, siendo campeón con el Bataraz y con el Xeneize. Era de esos jugadores que no le gustaba demasiado entrenar ni jugar partidos de serie regular, pero cuando venían los momentos por los porotos, se transformaba. Fue hombre del circuito cerrado de Hernández en Estudiantes y luego en Boca, y siempre respondió. Como curiosidad, en Olavarría iba a entrenar en bicicleta.
Además de la Liga tuvo una temporada en el TNA con Instituto, por Ben Hur y por Obras. Querido por sus compañeros, era un gran personaje, muy cabrón y muy ganador, clave en los momentos definitorios. Entre sus excentricidades, ya retirado se casó con una millonaria y se fue a vivir a Nueva Zelanda, mientras que hace algunos años vivía en Utah.