Por Fernando Serrano. Una final se juega así. Con alma, vida y corazón y la Selección Argentina se coronó campeón del Mundo al derrotar a Francia por penales por 4 a 2 tras igualar en el tiempo suplementario por 3 a 3 y después de 36 años somos campeones del mundo.
¡¡¡ Dios mío cuánto sufrimiento!!!!….Fue una final épica, con sensaciones ambiguas que a mi manera de sentir no se merecía tanto sufrimiento, pro algunos me dicen que así se disfruta más y ser campeones del mundo no es cosa de todos los días.
Esta selección dio la vida, dejó su sangre en el césped del Lusail y alegró a todo un país, a 47 y tantos millones de argentinos.
Esta selección se lo merecía, pero mucho más se lo merecía Lionel Messi, porque era el único trofeo que le quedaba por levantar. Por favor…cuánto sufrimiento.
Lo empezó ganando con goles de Messi y Angel Di María y hasta los 75 minutos Argentina lo tenía controlado, se diría que Francia casi no llevó peligro al arco del “Dibu” Martínez, pero el fútbol tiene esas cosas que son difíciles de explicar. En 2 minutos fatales, MBappé anotó dos goles, uno de penal y el otro con una volea espectacular y lo que parecía que era una historia sellada, la final tomó otros rumbos.
El suplementario tuvo el gol de Leo Messi a los 112 minutos y otra vez soñábamos con la victoria y el título, pero otra vez MBappé y de penal anotó el 3 a 3 definitivo.
LLegó el sufrimiento, los penales y otra vez a rezar. Esta vez el “Dibu” Martínez se agrandó y contuvo el remate de Kingsley Coman y Aurélien Tchouaméni pateó afuera y los remates de Messi, Dybala, Paredes fueron adentro del arco y Gonzalo Montiel hizo el cuarto que desató el desahogo, el llanto, la alegría, le emoción. Somos campeones del mundo y ahora ya no importa nada. Perdón con lo que digo, pero es mi sensación. ¡¡¡¡Somos Campeones carajoooooo!!!
