Canelo Álvarez retuvo los títulos con victoria unánime en su regreso a México

El indiscutido campeón de los supermedianos, el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez, retuvo sus cuatro coronas con victoria unánime sobre el británico John Ryder en una sangrienta pelea de 12 rounds que marcó su regreso a México tras once años y medio.

En el estadio de las Chivas de Guadalajara, habilitado para 56.000 espectadores, la estrella del pugilismo mexicano realizó la defensa de los títulos de la Asociación, el Consejo, la Organización y la Federación después de coquetear con su 40mo. triunfo antes del límite.

“Canelo” fue superior desde la campana de inicio pero estableció una clara supremacía a partir del tercer asalto cuando el británico ya emanaba sangre en su rostro por las manos filtradas.

El campeón demostró que la operación de muñeca izquierda en octubre del año pasado no le restó contundencia a su pegada y buscó conservar la distancia adecuada para encontrar el golpe letal que acabara con su retador.

Con la cara rota, Ryder mostró valentía para atacar en todo momento pero fue a la lona en el quinto segmento por una derecha que motivó la cuenta del árbitro Michael Griffin.

La pelea estaba claramente servida para “Canelo”, siempre dominante en el centro del ring y paciente para destrabar la estrategia defensiva que le propuso el boxeador de Londres.

En su heroica resistencia sobre el cuadrilátero, Ryder también llegó franco al rostro del mexicano, que asimiló los golpes sin desestabilizarse, y estiró el desenlace de forma impensada.

En el cierre del octavo, el británico volvió a caer segundos antes de la campana por un tropezón y en el noveno estuvo tambaleante por un nuevo arrebato de “Canelo”, al que desafió en un golpe a golpe con la guardia baja, extenuado por el trajín del combate.

Ryder aprovechó muy bien los momentos en el rincón para tomar aire y salir a cada asalto con una energía que supo administrar para hacer una pelea larga, lo que fue generando un sentimiento de frustración en Álvarez.

Los últimos tres rounds los sobrellevó sin demasiados problemas hasta alcanzar las tarjetas que significaron un triunfo en sí mismo. Los jurados coincidieron en una victoria inobjetable para el local (120-107, 118-109 y 118-109) pero sin el nocaut deseado por la multitud que colmó el estadio Akron.

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