El equipo del Muñeco arrancó abajo, pudo reponerse y terminó llevándose un punto. Quedaron buenas sensaciones.
Había una buena razón para sintonizar la liga de Arabia Saudita un viernes a las 12 del mediodía: nada más y nada menos que el debut de Marcelo Gallardo en el Al-Ittihad (4°), el tercer trabajo de su carrera como DT tras su paso histórico por River. Aunque hubo aspectos positivos, su equipo no pudo pasar del empate: fue 1-1 con el Al-Ettifaq (7°) de Steven Gerrard.
Lo mejor del conjunto aurinegro se vio en la primera media hora del partido, en la que redujo al Al-Ettifaq desde la tenencia de balón, un rasgo bien marcado en los equipos del Muñeco, y por medio de ataques punzantes desde los costados.
Para completarlos, su arma primaria fue Karim Benzema: si bien su olfato estuvo ahí, en los lugares correctos, varios bloqueos defensivos le impidieron marcar el primer gol de la era Gallardo (la más clara que tuvo, un cabezazo imposible que el arquero llegó a rozar y acabó siendo despejado en la línea).
Con el correr de los minutos, Al-Ittihad empezó a desdibujarse. Los gritos de “¡cambio, cambio, cambio!” de MG a sus jugadores en la marca, con posterior pedido al traductor para que le diera asistencia, hacían ver que algo andaba mal.
El rival comenzó a coparle la mitad de la cancha, se fue acercando vía bochazos al área y recuperaciones en zonas de riesgo y, eventualmente, pudo abrir el marcador: Georginio Wijnaldum, la figura del fútbol neerlandés, capturó un rebote en el área chica y lo transformó en el 1-0 a poco de irse al vestuario.
A destacar, el conjunto del Muñeco pudo despertarse rápidamente tras la vuelta al campo. Por un gran corte alto de Fabinho, seguido de una delicada asistencia, Abderrazak Hamdallah le rompió el arco a Paulo Victor y llegó a la igualdad, la definitiva.
Si bien faltaba mucho para el pitazo final, y hasta hubo algún acercamiento más en los pies del autor del empate, ninguno de los dos equipos hizo méritos para llevarse algo más.