El campeón está de regreso. Once pruebas le demandaron a Fabio Quartararo volver al triunfo, un espacio en el que el francés puso en duda su continuidad en Yamaha y abrió conversaciones con otras fábricas. El discreto comienzo de temporada, con resultados decepcionantes como el noveno puesto en el estreno en Losail (Qatar), el octavo lugar en Termas de Río Hondo (Argentina) y el séptimo en Austin (Estados Unidos), agitaron el clima. El podio en Mandalika (Indonesia) no alcanzaba para relanzar al Diablo, que recién dibujó una sonrisa con el éxito en Portimao, la quinta estación del calendario. Una victoria que le posibilita saltar a la cabeza del Mundial de Pilotos, junto con Alex Rins (Suzuki), que finalizó cuarto en el clasificador, por detrás de Johann Zarco (Ducati, del Pramac Racing) y Aleix Espargaró (Aprilia).