Un 4 de noviembre de 1967, el santiagueño Juan Carlos Cárdenas inscribió su nombre con letras de oro en la historia del fútbol argentino. Su magistral gol en la final de la Copa Intercontinental ante Celtic de Glasgow le dio a Racing Club el título mundial y un lugar imborrable en el corazón de todos los académicos.
En un partido que quedará por siempre en la memoria de los amantes del fútbol, el mediocampista tomó la pelota en la mitad de la cancha y, con una precisión quirúrgica, sacó un potente disparo que se incrustó en el ángulo superior del arco defendido por John Fallon. Un golazo que silenció al Centenario de Montevideo y desató la euforia en todo el continente.
Más que un gol, una obra de arte
El tanto del Chango Cárdenas fue mucho más que una simple anotación. Fue la culminación de un proceso futbolístico que había llevado a Racing a lo más alto del fútbol mundial. Aquel equipo, dirigido por Juan José Pizzuti, era un conjunto sólido, bien organizado y con un gran talento individual. Sin embargo, fue el gol de Cárdenas el que les permitió levantar la copa y convertirse en el primer equipo argentino en conquistar el mundo.
Un legado imborrable
El gol del Chango Cárdenas trascendió las fronteras del fútbol y se convirtió en un símbolo de la pasión y el fervor de los hinchas argentinos. Su imagen, celebrando efusivamente junto a sus compañeros, se multiplicó por el mundo y quedó grabada en la retina de todos aquellos que tuvieron la suerte de presenciarlo.
Años más tarde, el Chango Cárdenas falleció, pero su legado sigue vivo en el corazón de todos los racinguistas. Su gol, aquel inolvidable 4 de noviembre de 1967, es una muestra de que el fútbol, además de un deporte, es una pasión que trasciende las generaciones.
MIRA EL INOLVIDABLE GOL DEL SANTIAGUEÑO
